SKA. El nacimiento de una leyenda.
Mucho se ha hablado, en los últimos años, del ska original y la música jamaicana en general. Pero hasta ahora nadie había tenido la brillante idea de transcribir al lenguaje musical aquellas piezas que han llegado a nosotros comprimidas en el surco de incunables discos de vinilo. Este libro cubre un espacio que nadie se había encargado de llenar. Con él, los músicos de nuestros días podrán reproducir e interpretar los sones de aquellos años difíciles pero gloriosos en que la música jamaicana entró en la modernidad activando una industria discográfica que no ha dejado de funcionar a pleno pulmón hasta la actualidad.
Jamaica es una pequeña isla del Caribe azotada por piratas y huracanes,
por la corrupción y la deuda externa, por la violencia y la necesidad compusiva
de hacer música. En los árduos años que siguieron a la Segunda Guerra Mundial,
permanecía bajo el yugo colonial del Imperio Británico,
y la población subsistía a duras penas en medio de la pobreza y la falta de
oportunidades. La música era, para ellos, el mejor de los bálsamos. Y no es que
tuvieran capacidad económica para comprar discos. La música llegaba a través de
emisoras norteamericanas en forma de un sabroso menú de rhythm’n’blues,
stándares, jazz, música latina y bandas sonoras de películas. Los sound system eran discotecas móviles genuinamente
jamaicanas que emitían ese mismo menú en bailes al aire libre donde el negocio
era la venta de alcohol pero donde la auténtica protagonista era la música. En aquellos bailes los sound system competían
entre sí a la hora de pinchar el disco más bailado o más coreado, y buscaban la
exclusividad de su repertorio arrancando la etiqueta de los discos que
ocasionales viajeros habían traído desde Miami o New Orleans. Roscoe Gordon,
Louis Jordan, Nat King Cole o Fats Domino estaban a la orden del día.
![]() |
| Sir Coxsone |
Los primeros sound system datan de
las décadas de los 40 y los 50, y entre ellos podemos citar a Sir Coxsone The
Downbeat, Duke Reid The Trojan, Tom The Great Sebastian, V-Rocket o Lord Koos.
En su búsqueda de lo más impactante y novedoso, los propietarios de los sounds pronto vieron la necesidad de generar su
propia música, reinterpretando de forma genial los sonidos foráneos que hasta
entonces habían estado consumiendo. Los encargados de crear la música de la
incipiente industria discográfica jamaicana fueron un puñado de músicos de
sesión a los que nadie reconocería su valía hasta pasadas varias décadas:
Ernest Ranglin (guitarra), Cecil Lloyd o Theophilus Beckford (piano), Val
Bennett o Roland
Alphonso (saxo alto), Cluett
Johnson (bajo), Don Drummond (trombón)…Muchos de ellos provenían de los guetos
más deprimidos, pero habían recibido una remarcable educación musical en la
Alpha Boys School, una institución para niños huérfanos o en precaria situación
regentada por las Hermanas de la Caridad. Algunos, como el genial trombonista
Don Drummond fue alumno de aquella escuela y llegó a ser uno de sus profesores,
instruyendo a otros en las virtudes musicales. Es el caso de Emmanuel Rico
Rodriguez, otro de los pioneros, que se reconoce fuertemente influído por
Drummond. Los alumnos más destacados alternaban o proseguían su carrera musical
en orquestas y big bands como las de Eric Dean o Mapletoft Poulle.
![]() |
| Roland Alphonso |
También fue importante la influencia del mento, una música autóctona de raíces rurales que a menudo se había confundido con el calypso. Lo sincopado de su ritmo contaminó el blues que aquellos músicos empezaron a crear en estudios como el Federal Recording Studio o las dependencias de emisoras radiofónicas locales como la JBC (Jamaican Broadcasting Corporation) o la RJR (Radio Jamaica Redifusion), que a menudo eran utilizadas como estudios de grabación.
![]() |
| JBC |
En la producción habían sido pioneros personajes como Stanley Motta, que abrió uno de los primeros estudios de grabación en 1951 en Hanover Street, y Ken Khouri, propietario de Federal, otro de los primeros estudios y sin duda el más utilizado a la hora de grabar ska. También Ivan Chin y Dada Tuari. Todos ellos habían estado produciendo mento, blues, boogie y otras hierbas que, poco a poco, iban conformando esa amalgama tropical con alma de blues que acabaría convirtiéndose en ska hacia 1962. En el proceso, el contratiempo se había ido marcando en el segundo y cuarto compases, a diferencia del rhythm’n’blues estadounidense. Esa síncopa estaba fuertemente marcada por el stacatto de la guitarra, el piano o incluso los vientos cuando asumían roles rítmicos.
Coxsone Dodd, Duke Reid, Prince Buster, King Edwards, Lloyd “Matador”
Daley, Vincent “Randys” Chin, Leslie Kong o Lyndon Pottinger, constituyeron
pronto la primera división de productores del naciente ritmo, que se asoció de
manera automática a la independencia que Jamaica consiguió frente a la Corona
Británica el 6 de agosto de 1962. Fue un momento de gran euforia, si bien la
historia demostró que poco o nada iban a cambiar las cosas para los jamaicanos
de a pie. Los estudios de grabación empezaron a funcionar a pleno rendimiento.
El ska era una especie de fiebre, y para cada sesión se utilizaban los músicos
disponibles en aquel momento: Thomas “Tommy” McCook, Roland Alphonso (saxo
tenor), Lester Sterling (saxo alto), Johnny “Dizzy” Moore, Oswald “Baba”
Brooks, Raymond Harper, Frank Anderson (trompeta), Don Drummond, Rico Rodriguez,
Ron Wilson (trombón), Ernest Ranglin, “Jah” Jerry (guitarra), Jackie Mittoo,
Theo Beckford, Gladstone Anderson (piano), Lloyd Knibb, Arkland “Drumbago”
Parks, Carl McLeod, Aston “Wackie” Henry (batería), Lloyd Brevette (contrabajo)
y otros.
Aquellos músicos acompañaron a todos los
grandes cantantes de ska: Laurel Aitken, The Wailers, Toots & The Maytals,
Justin Hinds & The Dominoes, Lord Creator, Shenley Duffus, Delroy Wilson,
Lord Tanamo, Jackie Opel, Millie Small, Derrick Morgan, Desmond Dekker…
Y en sus maratonianas sesiones de grabación todavía les quedaba tiempo
para abordar cortes instrumentales en los cuales podían dedicarse, a placer, a
las incursiones jazzísticas que tanto les gustaban. Los temas resultantes de
aquellas grabaciones eran acreditados al lider del grupo en aquellos momentos o
al productor que financiaba las sesiones, aunque también había formaciones que
funcionaban como tales con regularidad, como Kes Chin & The Souvenirs,
Byron Lee & The Dragonaires, Baba Brooks Band, The Vikings, Carlos Malcolm
& His Afro Jamaican Rhythms, Los Caballeros Orchestra…
Pero entre todas ellas, The Skatalites pueden ser considerados la super
banda del género y al mismo tiempo su esencia más pura. Su formación más
clásica estaba constituída por McCook, Alphonso, Sterling, Drummond, Moore,
Mittoo, Knibb, Brevette y “Jah” Jerry, aunque no era raro que Ranglin fuera
reclutado en más de una ocasión. Doreen Shaeffer o Lord Tanamo eran alguno de
sus vocalistas más habituales cuando hacían su propio show en diversos clubs de
Kingston o de alguna otra de las principales localidades de la isla.
Los emigrantes jamaicanos llevaron su música con ellos hacia el Reino
Unido, la zona angloparlante de Canada y los Estados Unidos. También las islas
vecinas a Jamaica recibieron su influencia, y pronto el mundo entero se hizo
consciente de ese blues sincopado que se quiso exportar como el nuevo baile de
moda. Pero el ska fue mucho más que eso; el primer ritmo de la Jamaica
independiente y el sonido con el que nació la industria discográfica de la
isla. También fue la antesala del rock steady y el reggae, y la música que
vehiculizó el orgullo de los jamaicanos y sus perspectivas de proyectarse y
mejorar su calidad de vida. Un fabuloso banco de pruebas donde la isla con
mayor porcentaje de población dedicada, de una manera u otra, a la música, echó
a andar con paso firme.
El ska tuvo una corta vida, puesto que hacia 1966 empezó a mutar en un
ritmo más relajado donde las “notas sueltas” del contrabajo (a la manera del
blues) empezaron a enlazarse para formar una línea de bajo que sería la columna
vertebral del reggae años más tarde. Había nacido el rock steady; pero esa es
otra historia.
David “Dr. Decker” Vilches




No hay comentarios:
Publicar un comentario